Capítulo 13: ¿Quién es Ken Masters?


Cuando llegamos a Hong Kong Teru y Shigé me preguntaron qué era lo que pensaba hacer en ese lugar, les dije que iba a quedarme por un tiempo. Me dieron su dirección (parece que son vecinas), y me dijeron que podía ir a visitarlas cuando quisiera. Les di las gracias por todo y me fui. Antes de eso me dieron la foto de Shingo. Lo primero que hice fue buscar a Fei Long, pero como siempre no estaba en su casa, era un hombre realmente ocupado. Después de buscarlo inútilmente me dirigí a Kowloon, así luché por una semana.

Obtuve buenas ganancias y me dirigí a una agencia de viajes para tomar un nuevo tour. Ahora estaba interesada en un lugar para pelear, así que le pregunté al encargado de un buen lugar donde hubiera torneos o algo así. El encargado buscó en su computadora y allí estaba una buena opción: Seattle, Estados Unidos. "Es un poco caro, pero dentro de poco se celebrará un gran torneo en la residencia Masters", dijo el encargado. "No importa", dije antes de arreglar mi viaje a Norteamérica.

Así fue, viajé a Estados Unidos en busca de buenos oponentes. "¿Residencia Masters? ¿Quién será el dueño de esa casa?", me preguntaba una y otra vez mientras me dirigía al lujoso lugar. Cuando llegué a la hermosa mansión Masters, descubrí a una gran multitud fuera de ella. Todos eran peleadores callejeros que buscaban ganar el torneo, en cuanto me vieron comenzaron a reír. "¡Ja, ja , ja! ¿Y tú qué haces aquí? ¡¡Sólo eres una niña!", dijo un tipo enorme. No dije nada y lo ataqué, le di un fuerte golpe y lo dejé inconsciente.

De pronto todos guardaron silencio y uno de los sirvientes de la casa Masters apareció: "Lo siento, pero eres demasiado joven y no puedes participar en este torneo". "¿Ah no?", pensé mientras entraba corriendo en la mansión y esquivaba a todas las personas que estaban en mi camino. "¡¡Ven acá!!", gritaba el sirviente mientras corría detrás de mí, junto a otros seis sirvientes. Después de un rato lograron atraparme y llevarme a la salida, estuvieron a punto de lanzarme fuera de la mansión, pero un hombre apareció y dijo: "Esperen, quiero hablar con ella". "Sí, señor Masters", dijo uno de los sirvientes mientras me soltaba.

Fue entonces cuando tuve la oportunidad de hablar con el señor Ken Masters, el dueño de la mansión y el organizador del torneo. Me preguntó el nombre de mi escuela y mencioné el nombre de mi dojo en Japón. La mirada del señor Masters cambió un poco y me dijo que había estudiado en ese dojo por más de diez años. "¿En serio?", pregunté un poco sorprendida, jamás imaginé que la enseñanza en ese dojo fuera algo serio. "Sí", respondió el señor Masters. "¿Cuántas personas entrenaban en ese lugar?", le pregunté. Respondió que sólo dos, él y otro joven llamado Ryu. "¿Y cómo es ese Ryu?", pregunté con un poco de curiosidad. No pude ocultar mi sorpresa al escuchar la descripción del tal Ryu saliendo de los labios de Ken Masters...¡Era la perfecta descripción de mi sensei! Pero..."¿Qué edad tiene ahora?", pregunté un poco asustada mientras miraba fijamente al hombre que tenía enfrente. "Ahora debe tener 30 años. Ryu es un año mayor que yo", respondió el señor Masters con su encantadora sonrisa.

No había duda, el tal Ryu era mi sensei.

Me quedé sin palabras. "¿Qué sucede?", preguntó el señor Masters un poco preocupado. Tomé aire y le dije que yo conocía a Ryu, le conté mi desgracia en el dojo, cómo su amigo me había engañado...El señor Masters me escuchó tranquilamente, cuando terminé de hablar, comenzó a reír. No había creído ni una sola palabra. "¿Qué sucede?", pregunté un poco molesta, la risa de aquel hombre me había hecho sentir incómoda. "Perdóname, es sólo que no puedo creer que Ryu haya hecho algo como eso", respondió el señor Masters, dejando de reír. "¿Y por qué no?", pregunté.

Entonces Ken Masters me contó lo que había pasado con Ryu en los últimos años. Ambos eran excelentes amigos. "Hace poco peleamos contra Shadowlaw. Te puedo asegurar que Ryu no es una mala persona", dijo el señor Masters mientras sacaba una foto de su cartera. "¿Shadowlaw?", pensé intrigada. ¿Qué sería eso? El señor Masters me mostró la foto y la miré sin parpadear. ¡Era una foto de Ryu y Ken cuando eran jóvenes! Ryu era bastante guapo cuando era joven, ahora su piel estaba quemada por el sol y sus músculos se habían desarrollado, pero ésto lo había hecho aún más atractivo que cuando era joven. "Era muy guapo...", murmuré mientras me sonrojaba ligeramente.

No sé si el señor Masters lo haya notado, pero comenzó a reír, después dijo: "Regresa al dojo y muéstrale esta foto a Ryu, él comprenderá...". Lo miré, estaba ofendida. "¿Qué pasará con el torneo?", repliqué. Ken Masters me miró un poco sorprendido. "¡¿Acaso no puedo participar porque soy una niña!?", pregunté casi histérica. "Así es. Además creo que debes regresar al dojo y prepararte más", respondió el señor Masters. "¡No es justo! ¡Soy una excelente peleadora!", grité.

Entonces la mirada del señor Masters volvió a cambiar, observé como fruncía el ceño, después me lanzó al piso con un rápido movimiento. "Cuando puedas derrotarme, dejaré que participes en uno de mis torneos", dijo. Estaba impresionada, su ataque había sido muy rápido...Entonces me sentí frustrada. "Está bien, regresaré a Japón. Pero si el tal Ryu me golpea usted será el responsable...", murmuré mientras me levantaba. "¿Qué?", preguntó el señor Masters. Entonces le conté lo sucedido el día anterior cuando dejé el dojo.

"No entiendo por qué te molestas. Ryu hizo lo correcto al defender a su sensei", dijo el señor Masters tranquilamente. "¡¿Cómo se atreve a decir eso!? ¡¡Ryu se hizo pasar como el sensei de ese dojo y...!!", grité de mala manera. Pero Ken Masters me interrumpió y dijo con voz grave: "El sensei es muy viejo, por eso casi no sale de su habitación. Además deberías saber que el sensei adoptó a Ryu cuando era niño, por lo tanto Ryu lo ve como a un padre". Al escuchar aquello lo comprendí todo...¡Había sido tan egoísta! Miré por un momento al piso y después murmuré: "¿Cree...Cree usted que Ryu pueda perdonarme?". Ken Masters sonrió y dijo: "Ya lo ha hecho". "¡¿QUÉ!?", pregunté sorprendida. "Así es. Ryu intentó disculparse contigo el mismo día que dejaste el dojo, pero, por lo que me cuentas, no le diste la oportunidad de hacerlo", respondió Masters. "¡¡Ryu!!", pensé arrepentida.

Esa misma tarde regresé a Japón, en un jet privado de la familia Masters, Ken no fue conmigo porque estaba muy ocupado con lo de su torneo de artes marciales. Mientras viajaba, miré la foto que el señor Masters me había dado...No podía dejar de pensar en Ryu.