Capítulo 11: De nuevo en Hong Kong
En cuanto llegué a Hong Kong, recordé a Fei Long, quería volver a verlo pero el ya se encontraba filmando películas en algún lugar. Para poder reunir el dinero suficiente ya no dormía en hoteles ni comía tanto como la primera vez que llegué a Hong Kong.
Ahora dormía en las calles y visitaba el infierno de Hong Kong constantemente para enfrentarme en las peleas ilegales, ya no me preocupé tanto por "sombra", porque después de todo me había vuelto más fuerte.
A veces visitaba la mansión de Fei Long y esperaba largo tiempo sentada en su exterior, creía que mi querido maestro y amigo llegaría de un momento a otro. Pero no fue así, durante toda mi estadía en Hong Kong, jamás volví a verlo.
En Hong Kong no tenía amigos, por lo menos en Tailandia contaba con Tai, pero ahora estaba sola. Pensé en viajar nuevamente a Tailandia y volver a ser la campeona de aquel antro, pero en aquellos momentos no contaba con el dinero suficiente como para viajar nuevamente.
En las noches me pasaba algo curioso, volvía a tener aquel sueño en el que ayudaba al sensei. Pero esta vez era diferente, cada vez con más detalles y más real, tan real que podía sentir el viento, tan real que podía sentir el temor y la angustia de mi sensei. Estos sueños me quitaban las ganas de dormir, y prefería descifrar su significado que vivirlo nuevamente...pero en aquellos días no lo logré.
Entonces me sentí vacía y triste, la soledad me consumía día con día. Fue por aquellos días cuando pensé en regresar a casa, en esos momentos mis padres seguramente creerían que yo estaba a salvo en el dojo, seguramente ellos ni se imaginaban cual era mi estado. Su hija, quien había estado cerca de la muerte, quien había a estado a punto de matar, quien había entrado en un mundo totalmente nuevo...ese era mi estado.
Una noche me quedé mirando las estrellas, no se veían igual que en el dojo, porque en el dojo no había luces que estropearan la visión. Y por primera vez en mucho tiempo lloré. Esa noche no hubo peleas para mí, no fui al infierno de Hong Kong como cada noche.
Al día siguiente salí a dar un paseo. Había de todo: gente, vendedores, animales. Yo caminaba sin mucho entusiasmo cuando me topé con un cine, la cartelera mostraba varias películas de Fei Long. ¡Fei Long!
¡Qué sorpresa! Me hubiera encantado haberlo visto en ese momento, pero Fei Long era un hombre ocupado y probablemente ni se imaginaba que yo me encontraba en Hong Kong en aquellos momentos.Al ver algo sobre Fei Long me puse muy feliz, pero sólo por un momento, porque recordé que estaba sola. Con las manos en los bolsillos y con la mochila al hombro, caminé largo rato para poder pensar: "Si no hubiera dejado el dojo...si no hubiera dejado el dojo. ¡Maldición!!" Salí corriendo por la calle, renegando de mi destino.
Pensé en descansar un poco y me senté, no sabía qué hacer en esos momentos. Así que me llevé las manos a la cara y pensé en mi próximo paso.
Necesitaba unas vacaciones, estaba harta de tantas peleas, de tanta sangre...Así que decidí viajar a la capital de Hong Kong: Victoria. El lugar donde me encontraba ahora se llamaba Kowloon, Victoria se encuentra justo frente a Kowloon, en la isla de "Hong Kong".
Decidí conseguir un método fácil de llegar hasta Victoria, así que me dirigí al puerto. Fue más fácil conseguir un tour hasta allá que conseguir un transporte sólo para mí. El barco donde iba estaba lleno de turistas, quienes tomaban fotos sin parar y señalaban puntos en el horizonte. En cambio yo, sólo miraba como el barco se alejaba de Kowloon.
Llegamos a Victoria, la capital y el centro cultural de Hong Kong. Me fue bastante bien en el lugar, aunque sólo estuve un día, me bastó para recuperar mis ánimos.
Ya era de noche cuando el tour volvió a Kowloon, casi todos los turistas se habían quedado en Victoria, yo habría hecho lo mismo, pero esa noche estaba dispuesta a conseguir el dinero faltante para financiar un viaje lejos de Asia.
En cuanto llegué a Kowloon me dirigí al infierno de Hong Kong. Las peleas estaban a punto de comenzar. El campeón de esa noche era un tipo que nunca antes había visto, antes de que cualquier persona pudiera subir al cuadrilátero, me abrí paso entre la gente y logré subir primero.
Estaba segura de que ganaría esa noche, nunca había estado tan segura de algo como en ese momento, pero el hombre con el que me enfrenté esa noche no era normal.
Por primera vez miré a mi oponente, era un hombre increíblemente fuerte. Sentí temor. Mi seguridad fue consumida por el miedo, todo pasó tan rápido... Por primera vez había sido derrotada.
Abandoné rápidamente el infierno de Hong Kong, no podía creer que...había sido derrotada. Pero nunca antes había combatido contra un hombre como aquel...Akuma, ese era su nombre.
Entonces decidí entrenar más, porque estaba fuera de forma y me prometí a mí misma derrotar a Akuma. Entrené por tres días, sin descanso, y después de ese tiempo me presenté nuevamente en el centro de peleas.
Pregunté por el campeón de hace tres días, pero me dijeron que ya se había ido. Entonces me sentí mal, pensé en abandonar el lugar, pero recordé mi duro entrenamiento de tres días y decidí retar al nuevo campeón.
Fue una gran pelea, luché contra muchos hombres esa noche y tuve buenas ganancias. Así pasó un mes y pude completar el dinero suficiente como para viajar a Europa y regresar a Hong Kong.
Me costó demasiado trabajo reunir tal cantidad: A veces no comía, mas que una vez al día; ni rentas, ni hoteles, noches sin sueño, golpes...pero al fin lo había conseguido.
Me dirigía a una agencia de viajes cuando vi mi reflejo en un aparador...¡Estaba horrible! Necesitaba un baño urgentemente, así que llegué a un hotel, sólo para eso.
Pensé quedarme en el hotel para darme un baño, pero no pude desperdiciar mi dinero sólo para eso. Así que arreglé el viaje y me quedé una noche. Salí un momento a la agencia de viajes y pregunté por un lugar barato en Europa. En aquellos había un tour a Italia y no dudé en aceptar.
Regresé de nuevo al hotel, hace tanto que no dormía en una buena cama que ya había olvidado lo que se sentía. Me acosté pensando en mi viaje a Italia, partiría en cuatro días. Dormí muy bien esa noche.
Durante los cuatro días siguientes peleé para reunir más dinero, aunque ya tenía a suficiente, necesitaba un
Por fin había llegado el día de la partida. Llegué al aeropuerto internacional Kai Tak a las tres de la mañana, el vuelo partiría a las cinco, así que tuve que esperar.
Muchas personas iban en el tour, me di cuenta cuando subí al avión. Todos hablaban de ello, excepto yo, que sólo pensaba. Además todos estaban acompañados por familiares o amigos, pero yo estaba sola en ese
Al lado mío había dos señoras que hablaban sin parar, unas verdaderas charlatanas. Me sentía tan incómoda que me levanté de mi asiento para fingir que iría al baño, pero cuando regresé, las agradables señoras continuaban hablando sin parar. Sus voces eran alucinantes.
No había pasado mucho tiempo desde nuestra partida y yo estaba totalmente mareada. De pronto comencé a sentir nauseas, la sensación se hizo tan fuerte que...¡La necesidad de ir al baño fue real! Me cubí la boca con la mano derecha, con dificultad logré escapar de esas dos señoras y esquivar a las azafatas y pasajeros que se cruzaban en mi camino.
Llegué al baño justo a tiempo, pues estuve a punto de regresar todo lo que había comido en Hong Kong. Estaba a punto de vomitar cuando entré al baño, pero con tan sólo alejarme de aquellas comunicativas mujeres, me bastó para sentirme completamente aliviada.
Cuando salí del baño y regresé a mi asiento, todos me observaban, algunos se burlaban, otros solamente sonreían. Lo que había sucedido aún no salía de sus mentes.
Me sentí muy avergonzada, seguramente el haberme visto correr como loca hacia el baño dos veces les había parecido muy gracioso.
Caminé con la cabeza baja para evitar las miradas burlonas de mis compañeros del tour. Ocupé mi lugar junto las dos señoras charlatanas, saqué la revista que hablaba sobre Fei Long de mi mochila y comencé a leerla.
Deseaba tanto llegar a Italia, no podía soportar a toda esa gente hablando mal de mí...