Misión apócrifa:
La verdadera edad de Setsuna

Por: Ignacio Sánchez


Estamos en el siglo treinta, bajo la égida del Krystal Tokyo jidai. Soy Futoi Nachotto, jefe de inteligencia (en realidad, no mucha: S.M. el rey siempre me ha dicho que hay en mí algo que le recuerda a la Neo Reina, y no son mis lindos ojos) y seguridad de S.M. el Rey Endymion, aunque para ser verdad, sólo tengo el puesto y paga de limpiabotas (y eso que yo limpio, plancho, barro y hago todas las cosas habidas y por haber en el Palacio de Cristal).

S.M. Endymion me ha mandado, tras el éxito de varias misiones secretas, que descubra uno de los más grandes enigmas de la corte de Cristal: la edad de Setsuna Meiou, mejor conocida como Sailor Plutón, que a su vez es mejor conocida como "Puu", "la Setsu", "la Tragaños" o la "Eterna Guardiana del Tiempo". Como siempre, los gastos de la misión vendrán por mi cuenta, ya que el Rey, en su acostumbrado afán de tacañería, me pagó con un kilo de rosas.

Realmente la misión no es imposible (porque ello acarrearía problemas de copyright, claro), si bien un tanto difícil, ya que Sailor Plutón es una sailor que se entera de todo (o casi) lo que sucederá en el futuro (por algo es la guardiana del tiempo), y es evidente que hará hasta lo imposible para no revelar su edad (no es por ser machista, pero eso es muy típico en mujeres maduras). Seguramente el lector se preguntará: Si Sailor Plutón es taaaan pero taaan servicial con sus majestades ¿Qué no basta con que el Rey o la Neo Reina se lo pregunten? Bueno, eso mismo me lo he preguntado.

Según mis investigaciones (para ser exactos, amenacé a Artemis con contarle a Luna de todos las mininos que había tenido con otras gatas), descubrí que las únicas que podrían saber de este enigma serían las outer senshi: Sailor Uranus, Sailor Neptuno y Sailor Saturn. Si en realidad quería conseguir ese dato, debía ir con ellas; pero primero debía cerciorarme que Plutón no se diera cuenta de mis planes...

Por medio de mi técnica secreta (ni tan secreta; mi maestra Palla Palla la enseñaba en el pago adelantado de dos lecciones y tras jugar tres sesiones a las muñecas), que me permitía estar en 8 lugares a la vez, mandé a 5 yo (o más bien dicho: nos mandamos 5) a la puerta del tiempo a entretener a Setsuna (no me digan montonero, pero no soy sailor para ponerme con ella en lucha cuerpo a cuerpo). Adoptando la forma de ninjas (por si no lo saben también sé hacer eso), los cinco llegaron sigilosamente a la playita privada que estaba a un lado de la puerta (ahora ya saben porqué Setsuna es tan bronceada). En ese momento, dándonos la espalda, Setsuna se hallaba recostada en una silla de playa, sosteniendo con su alargada mano un cóctel de conocida bebida espirituosa (no puedo decir marcas)... y mientras que el Sol (no sé cómo demonios llegaba el Sol a pegar allá) iluminaba la amplia y verdusca cabellera de Setsuna, nosotros nos acercábamos entre la sombra de las palmeras de plástico...inmediatamente nos lanzamos sobre ella sosteniendo las espadas y los chacos...un torrente de sangre nubló nuestra vista, el grito desgarrador de la sailor del Tiempo...nos arrodillamos en la arena y mientras cubríamos nuestros rostros con las manos, una sola idea recorría nuestras mentes: "Caramba, debí haber traído una cámara". Y así nos quedamos tumbados un momento, encargándonos de la sangre en nuestras narices, mientras una Setsuna entre irritada y con vergüenza salía rápidamente a vestirse. Debí haber recordado que ésa era una playa nudista...

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10:45 hrs., Aeropuerto de Esmirna, Turquía. Un hidroavión parte con un grupo de turistas...y un gato con una medialuna dibujada en la frente (para darle mejor gusto al ambiente, pueden tararear la melodía de su película de espías favorita). Asomándose por la ventanilla, el felino admiraba las azules aguas del Mediterráneo. Le dolía mucho la cabeza tras el extenuante viaje desde Kristal Tokyo, pero ya se acercaba a su destino.

12:00 hrs., Puerto de Mitilene, isla griega de Lesbos. Un hidroavión desciende suavemente sobre la superficie marina, el viento sopla con debilidad. El gato salta del avión antes de que éste se detenga (había olvidado su pasaporte en Turquía) y corriendo, con su patita detiene un taxi. El taxista sorprendido mira fijamente a su posible cliente. "A la villa Poseidonea, por favor", dice el gato en un griego que daba lástima pero sosteniendo en sus garras un billete de 500 Neo yenes. Al partir con rumbo a la dirección, el gato exclama para sí: "Demonios, debieron haber llevado una cámara". . . . . .

La villa Poseidonea se encuentra a unos cuantos kilómetros del puerto, en línea recta por una de las tres únicas calles existentes en Mitilene. Antes conocida como villa Sáfica, pero cambiada de nombre para evitar murmuraciones de los vecinos, es la residencia de las mejores amigas de Setsuna: Haruka y Michiru. Ahí el gato (o sea yo, en uno de mis mejores disfraces), toca el timbre y es recibido por una mujer algo madura, de belleza notable y pelo azul aguamarina, de tono idéntico al mar que estaba a nuestras espaldas. Aunque tiene el violín en una mano, pareciera que del instrumento salieran notas de una melodía pasada de moda, mientras que el viento arrastra una serie de pétalos de sakura sobre la superficie de su rostro (cosa extraña, ya que no hay ningún cerezo japonés cerca)...Con una mirada interrogativa pero manteniendo siempre una sonrisa, me dice:

- Debo suponer que vienes de Tokyo de Krystal, y por la luna en tu frente, que eres uno de los tantos hijos de Artemis...

- Esteee...sí. Vengo desde la corte de Tokyo en una misión especial para S.M. Serenity-sama.

Su sonrisa crece aún más, y entra a la casa dejando la puerta abierta.

-En el futuro, Nachotto-kun, deberás venir con mejores pretextos si quieres que te crea. Será mejor que pases antes que regrese Haruka, así que mantente disfrazado por si llega a verte...

Caramba, es evidente que nunca podré engañar a Michiru-sama.

-Oh disculpa, ¿Está bien el té así? Ja, ja, ja No has cambiado nada desde

que visitamos el Palacio ¿Aún sigues disfrazándote de Tuxedo Mask?

Miraba atentamente a Michiru-sama mientras bebía de mi plato (es muy lógico si estoy disfrazado de gato). A Michiru-sama y Haruka-sama las conocí en una visita que habían hecho a S.M. Serenity, seis meses atrás.

Ellas acostumbran ir muy poco ya que no se llevan muy bien con las otras Sailor Senshi (excepto Haruka, que se lleva muuuy bien con Minako-sama, quién sabe por qué), y no soportan estar sujetas a los caprichos de su soberana.

En esa ocasión, tuve un incidente muy penoso, ya que como ustedes sabrán, una de mis labores es disfrazarme de Tuxedo Mask y darle el besito de las buenas noches a toda la corte (incluidos Artemis y Umino; ahora ya sé por qué a S.M. Endymion le daba asco hacer ese trabajo), y al entrar al cuarto de Minako-sama...bueno, el aposento de Sailor Venus tiene la mejor vista del Palacio...y yo no sabía que ella se los había cedido...en resumen hay que ver lo psicótica que llega a ser Haruka-sama cuando besa a "su Michiru"...

- Y bien ¿A qué viniste? No te quedes mirándome así, pareces un pervertido...

- Bueno, estoy haciéndole un trabajito a S.M. Endymion...

- ¿Y?

- Es sobre Setsuna-sama...

De repente, una voz resonó desde la entrada de la casa.

- ¡Michiru!

Michiru se puso algo nerviosa.

- Oh, no. Es Haruka. Será mejor que sepas actuar esta vez-dijo dirigiéndose a mí.

Haruka-sama entró en la sala. Vestía unos jeans y una camisa a cuadros con un chaleco de pesca. Por la caña y el gorro lleno de anzuelos, uno adivinaba fácilmente dónde había estado.

- Llegas tarde. Evidentemente, tú y tus amigotes del puerto hicieron

buena pesca ¿eh?

- No deberías ser tan dura, Michiru. Desde que nos cambiamos aquí, la pesca es mi única diversión ¿Cómo voy a correr mi coche o mi moto en una ciudad de sólo tres calles?

- Puedes recorrer toda la isla cuando desees. Lesbos es muy grande...

- Bah, caminos polvosos llenos de camiones de turistas...

- Hay otras diversiones...

- Por supuesto que las hay-En ese momento tomó a Michiru por el talle y la besó. Algo golpeó mi frente.

-¡¡¡Miaaaauuu!!!

-¿Un gato?

Por lo visto, la pelea contra Setsuna estaba poniéndose muy dura. Seguro se molestó mucho y ahora nos estaba dando de golpes a todos. Este último había sido muy fuerte (es el inconveniente del truco de desdoblamiento). Haruka me veía muy extrañada. Michiru dijo:

-¿ Te encuentras bien, Na...-Haruka volteó a verla interrogativa-Na...Nagucho?

- Oh, creo que es el mareo por el viaje hasta acá...

- ¿Así que tenemos un visitante de la corte? Espero que no sea de regalo, tenemos suficientes gastos con tu hija...

- No metas a Hotaru en esto...-dijo Michiru, mientras salía por otra puerta. Haruka se tumbó pesadamente sobre el sillón y empezó a mirarme con cierto desgano.

- ¿Y qué quieres aquí?

- Vine porque estoy en misión especial de...

- A mí no me engañas. Aunque te disfraces de gato, es fácil reconocer al tonto de Nachotto.

- Bueno-respondí sin siquiera mirarle-Si yo en realidad fuera Nachotto, le diría a Michiru-sama acerca de tooodas las cosas que hicieron Haruka-sama y Minako-sama. El mismo Nachotto podría asegurar que momentos antes de aquél penoso incidente (me refiero cuando besé por accidente a Michiru-sama), Haruka-sama estaba en la habitación que originalmente le correspondía, con una acompañante que precisamente no era Michiru-sama...

- Tú, maldito...

-¿Cómo te sientes, ahora, Na...Nageru?-Michiru había regresado con una tetera y unas aspirinas-Haruka, ¿Has tratado bien a nuestro huésped?

- Eh, sí por supuesto...hace unos momentos charlábamos muy a gusto.

- Sí, sobre su estancia en Krystal Tokyo-Haruka volteó a verme con ojos de ira. En ese momento, el "grito mortal" de Setsuna me hizo volar por los aires (bueno, para ser exactos, hasta tocar techo)-Aghhhh...

- Creo que si sigues así, vas a terminar en un hospital-dijo Michiru mientras me colocaba sobre su regazo y acariciaba mis orejas como si fuera un gato verdadero. No pude evitar ronronear. Haruka estaba enojadísima.

-Bien gato, mejor di a lo que viniste antes de que...-Michiru vio a Haruka con reproche-Antes de que...termines en el hospital...

- Lo que necesito saber-dije incorporándome un poco-Es cierta información sobre una amiga de ustedes...

- ¿Quieres saber la edad de Setsuna, verdad?-dijo Michiru sonriendo.

Volteé asustado.

- ¿Qué? ¿Co...cómo lo saben?

Haruka se levantó y miró hacia la ventana...

- Hotaru nos había dicho de esto. Aunque Setsuna sea la Guardiana del Tiempo, Sailor Saturn posee un gran poder de predicción. Desde hace mucho sabíamos que ibas a llegar con semejantes preguntas.

-Entonces ¿podrían darme esa información?

Michiru me dejó en el suelo y respondió en tonto grave:

- ¿Por qué crees que vamos a decírtelo?

- Setsuna ha sido amiga nuestra por mucho tiempo...además de un excelente guerrero.

- Bueno yo pensé que...

- Aunque debe de dejar de ser tan infantil con eso de la edad. No es necesario ser sabio para saber que no tiene la edad que aparenta...

-Pero mi misión consiste en saber la cifra exacta...

Michiru caminó hasta apoyarse en el hombro de Haruka.

- Eso es muy cierto. Pero también debes estar tú seguro del riesgo que implicaría el meterte en problemas con Setsuna.

- Yo sólo obedezco órdenes.

Las manos de Haruka se apoyaron sobre la ventana.

- Necio. No sé por qué Hotaru nos pidió que te advirtiéramos...

- ¿Hotaru-sama? ¿Y por qué puede importarle eso?

Haruka caminó hacia el otro lado de la habitación.

- No sé, pregúntaselo.

- Así que no me van a decir nada.

Michiru, sentada en el sillón que anteriormente había ocupado Haruka, se

rió un poco.

- Aunque quisiéramos...no sabemos nada. La única que sabe es Hotaru-chan.

En ese momento todos los golpes y patadas de Setsuna llovieron en mí, haciéndome perder el equilibrio (y eso que dicen que todos los gatos caen de pie)...

- Creo que no vas a necesitar aspirinas-dijo Haruka sosteniéndome.

- Por...favor...díganme dónde se encuentra Hotaru-sama...

- En Mónaco, creo. Esa jovencita inmadura sólo nos provoca enojos con sus correrías por toda Europa.

- Algo sacó de su padre adoptivo-dijo Michiru tomando a Haruka del brazo-Vamos, acéptalo. Te has tomado muy en serio tu papel de papá. No eres más que un viejo gruñón.

- ¿Estás exagerando? Aún soy una mujer.

- Pues no lo pareces. Algún día deberás ponerte falda.

- ¿No basta con el traje de Sailor? No me he puesto una desde shogakko...

- Seguramente eras muy linda...

Sus miradas, sus sonrisas, coincidieron en un mismo punto. El viento vino desde la ventana, arrastrando los pétalos de sakura, recuerdo de un pasado, un país. Se besaron.

- ¿Y Nachotto?-dijo Michiru mientras volteaba hacia donde suponía que estaba el gato. Había desaparecido.

El último ataque de Setsuna me había debilitado mucho, y por ello decidí desaparecer (o desaparecerme) apenas terminé mi aventura con las dos habitantes de Lesbos (entiéndase, Haruka y Michiru), y así aprovechar para ahorrarme una buena cantidad de neoyenes (nota mental: recordar desaparecerme para ahorrar viaje de regreso). Ahora, tendría que localizar a una de las más escurridizas, rebeldes y traga-años (esto último vaya que se lo aprendió a Setsuna) de todas las sailor senshi: Sailor Saturno.

La señorita (cosa que yo dudo mucho) Hotaru Tomoe es la hija del anciano (y medio loco) director del centro de investigaciones de Neo-Tokyo, aunque por circunstancias del pasado, se halla más ligada a Haruka y Michiru, si bien últimamente no mucho, ya que a la niña le ha dado por permanecer siempre en la adolescencia, y hace una década que se salió de su casa. Porque otro de los enigmas dentro de la corte también es la edad de Hotaru-sama. Aunque es conocida la fecha de su nacimiento original, ha muerto y renacido tantas veces (las últimas, por verdaderas tonterías, en opinion del S.M. el Rey), y cambia tanto de edad (en apariencia) como de vestido, que es imposible ponerse de acuerdo (la otra vez Rei-sama usó sus poderes adivinatorios, pero lo único que sacó fue el resultado del próximo juego de béisbol entre los conejos de Neo-Tokyo y los delfines de Yokohama; evidentemente, la adivina Sailor Mars está cada día peor). La única que debería saber a ciencia cierta sería S.M. Serenity, quien la ha resucitado mediante el Cristal de Plata, pero dado que la memorización no es virtud en ella, como la cantidad veces que lo ha hecho (en una temporada tuvo que revivirla 2 veces al día, y ello vía telefónica), que ya ha perdido la cuenta (cosa que tampoco no es virtud en ella). Pero volvamos a lo que contaba...

Allá en la puerta del tiempo, me estaban dando una paliza. Entre gritos mortales (no precisamente los míos, sino los de Setsuna), patadas y golpes con esa condenada llave (evidentemente es demasiado ágil para alguien de su edad), tenía a todos los ninjas-Nachottos fuera de combate, al grado que ya sólo quedaba uno (Por eso se me ocurrió crear un Nachotto-enfermera). Y es que Setsuna se hallaba muy enojada por el incidente de hacía unos minutos; tanto, que no se enteraba que esto era sólo una distracción. Distracción, por cierto, muy dolorosa para un servidor.

Mientras, un Nachotto iba conduciendo uno de esos diminutos autos franceses que empiezan con R (no puedo decir marcas), en una de las también diminutas carreteras levantadas tiempo atrás por los romanos.

El Mediterráneo seguía extendiéndose a la orilla del acantilado por donde pasaba el camino, recordando que más allá, kilómetros de agua al este, había una feliz pareja de mujeres haciendo no se qué, y aún mas allá, en una dimensión espacio-temporal, en una playita privada, una peliverde y malhumorada mujer me estaba pateando en las...costillas.

Apenas pasé Punta Vieja, me paré en el puesto de revistas de una gasolinera. Ahí se encontraba el contacto que debía informarme sobre el paradero de Tomoe-sama (aquí recomiendo que empiecen a tararear su tema musical de espías favorito), apenas estornudé (ése era el santo y seña), llegó rápidamente y de su gabardina (no entiendo por qué los espías siempre usan eso aún en lugares tan calientes) sacó una revista y me la puso en la mano.

-Monsieur Nachotto, espego que esto le "sigva". Salud-Dijo eso, e inmediatamente se fue.

Me quedé por un momento impresionado por la celeridad y profesionalismo de los europeos. Ellos sí que eran espías de verdad, aunque vaya que cobraban caro. Tranquilamente abrí la revista esperando encontrar algún microfilm o mensaje cifrado...Cuando recobré el conocimiento, me encontré sobre mi soberano estómago un ejemplar del "Hola!" (aquí sí diré marcas) donde anunciaba la fiesta de inauguración del Club "Madame Neuf", y aparecía en foto la señorita Tomoe, conocida en el "jet set" internacional como la "Princesa Japonesa de los Escándalos". Vaya, si leyera más seguido este tipo de revistas me hubiera ahorrado el viajecito a Lesbos y el pago a ese europeo bribón...

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-¡Suéltame pervertido!

- Bueno, bueno, ¡pero no pegue tan duro!

El ninja-Nachotto salió arrojado hasta la camilla del Nachotto-enfermera.

- Pero ¡¿Cómo se te ocurre agarrarla del vestido?!

Sailor Plutón dirigió su grito mortal sobre la camilla, la cual la esquivó de pura suerte.

- Oiga, que eso que hizo lo pena la Convención de Ginebra ¿eh?

- Cállate, estúpido.

- ¡¡¿Quién es el estúpido?!! Yo no fui el que le agarró la falda a esa bruja...

- Eso no importa. Hay que hallar la manera de distraerla sin que sea a costa de nuestras...costillas. Porque así no vamos a durar mucho.

- Sí sobre todo porque el Nachotto original está perdiendo el tiempo con sus tonterías.

- De plano hay que ser estúpido para pagar semejante cantidad de dinero por una simple revista...

Sailor Plutón se plantó junto a los dos Nachottos.

- ¿Ya terminaron?

- Ahí te hablan compañero.

- ¡Oye! ¿No vas a ayudarme?

- No, yo soy del cuerpo médico, soy neutral y y...no me metas en tus líos.

- ¡Ven acá, cobarde!

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El "Madame Neuf" se encontraba en lo que anteriormente había sido la sede del Museo Oceanográfico. En su fachada, el gigantesco edificio no había tenido muchos cambios, salvo la horrenda torre de cristal que le daba un estilo

muy parecido al palacio de Krystal Tokyo (por lo visto el mal gusto era algo característico de las sailor senshi)...

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Sailor Plutón sonrió mientras levantaba su báculo sobre la cabeza de Nachotto-ninja.

- Creo que te han dejado solo.

- Ay, mamá...

De repente una música conocida se oyó a lo lejos. Sailor Plutón volteó al origen de ésta y de pronto algo cayó a sus pies. Una rosa estaba clavada en la arena. Setsuna, con cierta timidez tartamudeó:

-Pe...pero si...si es...

- Las rosas en la arena se conservan mucho más tiempo, pero hay que regarlas para que no se sequen...

Setsuna corrió hacia la figura de tuxedo que se hallaba frente a ella. De repente recordó su lucha con aquél ninja (que seguramente se trataba de Nachotto), pero al tratar de buscarlo con la mirada, notó que se había esfumado. Al mismo tiempo, sintió que la mano de S.M., es decir, de Tuxedo Mask, recorría su cintura. Con nerviosismo, su espalda reconoció aquél pecho inquebrantable, tan deseado. Y de pronto, un cálido beso que se alojaba en su cuello...

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El gorila de la entrada miró con cierto desprecio al japonés de vestimenta estrafalaria y gafas de fondo de botella...

- Disculpe, monsieur, mas no puede entrar.

- Pero no quiero entrar al casino del Club, sólo...

-Y aunque estuviera abierto el casino a esta hora, no lo dejaría entrar.

-¿Y aunque le dijera que vengo a hablar con la señorita Tomoe?

-¿Tiene cita?

- No, pero...

- Pero nada. Haga el favor de largarse.

- Momento. Soy enviado especial de Krystal Tokyo, debo hablar con ella a como...

El sonido del comunicador del guardia interrumpió la discusión.

- ¿Sí? Oh, mademoiselle Tomoe ¡qué honor! ¿Qué? ¿Nachotto? Creo que es él...sí. Disculpe monsieur, ¿Es ud. Futoi Nachotto?

- Por supuesto, aquí está mi identificación...

- Pero monsieur, si esa credencial es del kindergarten...

- Pero sirve ¿o no?

- Mademoiselle, efectivamente es él...sí, algo tonto...Por supuesto, de ningún modo. En un momento subimos...Pase por aquí monsieur...

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El pabellón de Sailor Plutón se encontraba en un área de la puerta del tiempo, a orillas de la playita privada. Y en su interior, en un amplio salón sembrado de columnas y cortinajes vaporosos, sobre una alfombra persa cubierta de cojines, un enmascarado vestido de Tuxedo meditaba. Setsuna se había metido a otra habitación para ponerse "cómoda". Luego de un largo silencio, dijo para sí en voz baja:

- ¿Por qué no se me ocurrió primero? Si desde el comienzo de esto me hubiera disfrazado de S.M., no hubiera recibido la golpiza aquélla. Já, ya sabía que ésta arpía se moría de ganas por el rey.

De pronto desde el corredor que separaba a las habitaciones, una voz conocida, aunque en tono más meloso se oyó:

- Mamoooo-chaaaan, ¿sigues ahí? Ya estooooy listaaaaa...

-Chín, espero que no vaya a venir vistiendo uno de sus horrendo coordinados pasados de moda que tanto le gustan.

El Nachotto-Tuxedo miró hacia el corredor, buscando la figura de Setsuna, cuyos pasos se escuchaban más cerca y al acercarse ella...

Un chorro de sangre, se regó en el mármol del piso.

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-Mon Dieu ¿Se siente bien?

-E...e...e...sí. Por favor, deme un pañuelo.

El guardia le dio su pañuelo con sumo desagrado. Inmediatamente pensó que el invitado de la srta. Tomoe estaba loco o algo así. Apenas a unos cuantos pasos de la oficina a donde debían llegar, y el tipo ése se paraba en seco, se le salían los ojos de las órbitas e inmediatamente le desparramaba la sangre de la nariz, y ello sin motivo alguno. ¡Qué tipo más raro! Tan pronto se recuperó, el guardia se adelantó a la puerta de la oficina y tocó. El tal Nachotto lo alcanzó haciendo zancadas y murmurando cosas como: "Ay Dios, otra vez...pero qué mujer...y ahora trae unos...y unos...ayayayayay...una cámara...una cámara". La puerta finalmente se abrió y desde dentro se escuchó un: "Adelante, Nachotto-kun". Y Nachotto entró.

La puerta se cerró inmediatamente tras él. En realidad, el lugar en el que se encontraba no podría considerarse como una oficina, ya que era demasiado oscura y grande para serlo, sin contar el humo que circulaba por ahí. Apenas se podía distinguir al fondo un gran silla de oficina rodeado de montañas de revistas, cosméticos, pósters de actoresde moda, un microcomponente con música a todo volumen y un teléfono inalámbrico (que por suerte, estaba colgado). En resumen, salvo el ambiente tan tenebroso y la silla de oficina, como el cuarto de una adolescente. Y ahí, sentada en la silla, de piernas cruzadas, estaba la dueña de todo eso. Apenas una jovencita de a lo más catorce años aparentemente, eso sí, ya que vestía un traje sastre (claro, muy moderno y de buen gusto, no como las porquerías que usa Setsuna) y estaba fumando un habano tamaño familiar (se nota que es hija adoptiva de Haruka), que por supuesto era el causante de tanto humo (no me explico porqué tanto Haruka como Hotaru, incluyendo a Minako y a Makoto, nunca han tenido problemas pulmonares).

Hotaru cruzó la pierna e hizo una mueca.

-Vaya, creí que eras apuesto. Por lo visto la corte de Krystal Tokyo se esfuerza cada vez más por tener servidores muy...peculiares ¿Eres algo del consejero Umino?

-Sí, somos parientes; muuuuuy lejanos,eso sí.

-Lo suponía. Te pareces a él. Además, no es de extrañar que en un lugar tan corrupto como Krystal Tokyo existan influencias y nepotismos...

-Creo que guardas algo de rencor a Krystal Tokyo...

-Nada de eso. Estoy diciendo la verdad. Lo que pasa es que tú no conociste a las sailor senshi en su juventud...por el momento. Antes eran dinámicas, siempre unidas y muy audaces. Ahora la falta de lucha y acción las ha vuelto aburridas y frustradas. Mira a tu alrededor: Makoto, de ser la chava autosuficiente, fuerte y romántica, no es más que una cocinera obsesiva que nunca pudo encontrar a alguien realmente parecido al “chico que le rompió el corazón”; Minako, la guerrera del amor, nunca pudo ser cantante, y es tan aburrida que sólo se entretiene en errar las frases; Rei, apenas y puede decir si va a llover hoy; La dulce e inteligente Ami, si bien se recibió de médico, no ejerce y ahora se entretiene en recorrer chippendales y andar de juerga en juerga; y la Neo Reina...ella cree que por ser ya "su majestad" debe aparentar grandeza y respetabilidad, mientras que el Rey, apenas es un guiñapo rodeado de mujeres, cuya única preocupación es regar el extenso jardín de rosas para que tú te las robes...y no te hagas el inocente, porque bien sé que todo el dinero que gastaste en investigar no proviene de S.M. Endymion, sino de la transnacional Nachotto Corporation LTD., empresa líder a nivel mundial en exportación de rosas y flores. De no ser porque levantarías sospechas, bien podrías haber dejado ese trabajo tan deshonroso al que te tienen atado.

-Esteee...err...vaya, debo reconocer que eres una gran adivina...espero que no le digas al Rey de eso...podría perder la cabeza o terminar fulminado por el cristal de Plata.

-No te preocupes, yo no me fijo en las tonterías que hagan los sirvientes...Además, eso no lo adiviné, lo leí en una revista. Olvidé que había salido en la portada del Forbes una vez.

-Pero volviendo al tema, no creo que por eso debes considerarlas como fracasadas, no puedes exigir que una persona sea como lo fue en su juventud.

-Es que ellas siempre vivieron ligadas a la tensión de luchar por el bienestar del planeta, y cuando lo consiguieron, una parte de ellas les fue arrebatada. Porque ellas son guerreras. Deberías haber visto a mis papás en esos tiempos, eran como de otro planeta, perfectos. Papá era muy varonil, audaz y con una fortaleza increíble. Era hermoso verla recorrer las autopistas en su moto o en su coche. Ahora se comporta como un anciano: nomás se la pasa todo el día pescando y tomando cerveza con los amigos. Cada día parece más un hombre. Y mamá ha tomado el papel de abnegada esposa. Deberías haberlos visto luchar al enemigo. Eran los más valientes y los más activos. Y lo sé porque

llegaron a enfrentarme en una ocasión.

-Pero lo que dices no es cierto. Yo fui a ver a tus "papás" y estaban muy contentas...al menos cuando los dejé, estaban muy...ocupadas.

-Bueno, ellas tienen un espíritu independiente y al menos no cometieron el error de encerrarse en el palacio de Krystal Tokyo, como lo hicieron los otros. Yo estoy agradecida porque me llevaron con ellas, pero siempre noté que ellas tenían la sensación de que algo le faltaba, y todos los años que estuve con ellas, fue cosa de recorrer todo el mundo. Al fin se dieron por vencidas y se quedaron en una isla donde representan su comedia de "matrimonio feliz". Y es que nunca quisieron admitir que les faltaba la lucha. Yo misma lo experimenté. Durante mucho tiempo me entretuve en buscar emociones fuertes que muchas veces me hicieron perder la vida, hasta dos veces me suicidé, pero ¿qué puede hacer una, si puede ser revivida cuantas veces quiera? Ahora, sólo vivo haciendo escándalos en la Oute Socialité y comportándome como adolescente inmadura, pero esto es sólo un engaño, ya que soy lo suficientemente vieja y puedo darme cuenta que mi razón de existencia es la lucha.

-Pero puede que en el futuro aparezcan enemigos nuevos, ¿no tomas esa posibilidad?

-Dentro de poco tendremos una invasión, pero quienes les enfrentarán seremos nosotras las del pasado, nosotras las del presente hemos cumplido nuestra misión y eso nos frustra, porque ya tenemos nuestro futuro escrito y no es muy agradable.

-Y por ello quieres darme la información de la edad de Setsuna, para causar una lucha interna...

- No, si voy a darte eso es porque quiero comprobar qué tan corrupto

resulta ser S.M. Endymion, y de paso vengarme de Plutón.

- ¿Y qué te hizo Sailor Plutón? tengo entendido que fue tu maestra y siempre tuvo un especial cariño por ti, hasta viajaron al futuro juntas.

- Es muy complicado, no entenderías. Por Setsuna siempre tuve una gran admiración, pero me di cuenta que es una hipócrita, siempre aparentando lo que no es. Por ejemplo ¿sabías que ella ha sido la amante de todos los gobernantes de la Luna?

- ¿De todos? ¿Hasta de su majestad End...?

- Por supuesto, y él más que todos.

- Yo creía que simplemente le gustaba y...

- Qué inocente eres. Pero ella siempre ha mantenido la imagen de la fiel y sabia cortesana. La única que se dio cuenta de eso, fue la madre de la actual Neo Reina y por ello fue castigada (claro, un castigo secreto) a permanecer aislada en la Puerta del Tiempo, y fue por eso que la leal súbdita no evitó que ocurriera esa desgracia en el Reino Lunar, ya que ella estaba perfectamente enterada de los planes de Beryl.

Hotaru apagó su habano. Tomó algo parecido a un rollo de papel y me lo lanzó.

-Toma, esta es la edad de Setsuna.

-¿Esto? Pero si es más grueso que un rollo de papel higiénico.

- Bueno, es que ahí está escrita la edad de Setsuna ¿Acaso creías que iba a tratarse de un simple número de 3 cifras? Setsuna es tan vieja como este sistema solar.

-Oh, muchas gracias. Entonces tan sólo debo despedirme.

-Creo que no.

-¿Qué?

En ese momento, Hotaru se transformó en Sailor Saturno. Yo retrocedí espantado.

-¿Que me vas a hacer?

-No tonto, a ti no. Espera un poco y verás. Creo que tu plan de distraer a Setsuna falló...

Una explosión convirtió la puerta del lugar en trizas. Después, apareció Setsuna arrastrando a mi réplica, vestida de tuxedo, pero con su aspecto real.

-Lamento decirte, limpiabotas de segunda, que a mí no me engañas con

tus trucos de circo.

Sailor Saturno blandió su lanza y se rió.

-Pues parece que por el aspecto del que traes arrastrando, que llegaste a pensar que era en realidad tu amado Endimyon...

El Nachotto estaba en shock, pero era evidente que la causa no eran los golpes, ya que estaba con una cara de idiota y diciendo mientras babeaba: "Setsuna es guaaaapaaaa, muy guaaaaapaaaaa".

Inmediatamente lo desaparecí, porque las carcajadas de Hotaru empezaban a incomodarme.

- Jajajajajajajajaja...espero que te hayas puesto anticoncep...

- Para que lo sepas apenas llegué y se puso todo nervioso. Hasta llenó mi habitación de la sangre que le escurrió por la nariz; en unos cuantos minutos perdió la concentración y lo obligué a decirlo todo...hasta el resultado del próximo juego entre los conejos de Neo Tokyo y los delfines de Yokohama...

-Entonces admites que te engañaron...lo tienes merecido...

-Vengo por ese rollo y les aseguro que no saldrán vivos si no me lo dan.

Y dicho esto nos amenazó con su llave. Saturno se puso en guardia.

-¿Acaso me amenazas, Setsuna?

- Tómalo como una advertencia.

-Nachotto-dijo Hotaru-Lárgate de aquí inmediatamente.

- Pero Hotaru-sama, de todos modos si el rey es su amante, va a...

- No pierdas el tiempo y vete...

- ¿Crees que voy a dejar irlo, Saturno? Ya les advertí...Grito Mortal...

-...Death Ribbon Revolution!!!

El salón voló y derrumbó gran parte del edificio. En el momento en que perdí el conocimiento era arrastrado fuera de la explosión por Sailor Saturno, y no me di cuenta de nada. Cuando desperté, junto a mí, estaba Umino. Me ayudó a levantarme y se rió.

-Se ve que te la pasaste de juerguista en tu viaje por Europa ¿Qué crees que van a pensar de ti si vieran al limpiabotas del rey tirado en medio jardín del Palacio? ¡Hasta el rollo del baño traes contigo!

Se inclinó y me dio el rollo que contenía las cifras de la edad de Setsuna.

-Mejor date un baño porque el rey pidió verte en cuanto llegaras. Parece ser importante.

Mientras llegaba a la biblioteca, pensaba en todo lo que había pasado: ¿Era cierto eso que dijo Hotaru? Si sabía de antemano que el rey es amante de Setsuna, ¿por qué darle esa información? ¿Para qué querría el rey ese dato, y sobre todo, la prueba de su edad? Cuando entré en la biblioteca, S.M. Endymion estaba sentado junto a la chimenea.

-Bienvenido Nachotto, ¿Qué, encontraste el rollo de la edad de Setsuna?

-Su Majestad disculpe, pero ¿Cómo sabe que vengo a entregarle un rollo?

-Bueno, no creo que te iban a dar un simple papelito. La edad de Setsuna no ha de ser de dos cifras. Entrégamelo, por favor.

Con cierto recelo se lo entregué.

-Bueno, eso demuestra que me eres fiel y que podré confiar en ti más adelante. Puedes retirarte. Tienes muchos zapatos que limpiar.

- ¿No va a leer el rollo?

- Sí, pero por seguridad te pido que te retires. ¿No tienes inconveniente, verdad?

- De ningún modo S.M., con su permiso.

Nachotto se retiró, cerrando la puerta tras de sí. Endimyon miró de reojo el rollo que tenía en sus manos, y dijo para sí:

-Conque esto estaba buscando Setsuna. Sería bueno que mirara la edad pero le

prometí a Setsuna que me desharía cuanto antes de esto...Además, si supiera su verdadera edad, no se me haría muy agradable seguir con ella y resulta que...

Arrojó el rollo al fuego y luego, babeando y con ademán morboso, dijo:

-Setsuna es guaaaaaaapaaaaa, muuuuuy guuuuaaaapaaaaa...

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-¡Nachotto-kun, no es bueno espiar al rey cuando está ocupado!

-Oh, disculpe, Artemis-sama. Me siento...muy apenado. Creí que el rey necesitaba algo porque hizo un ruido extraño.

-Deje de decir tonterías, y agradezca que no le digo a S.M. su falta, porque sé que le tiene aprecio. Vaya a su trabajo.

-S-sí Artemis-sama.

Nachotto se fue corriendo y de repente encontró una figura conocida: era Sailor Saturno, aunque en espíritu, ya que estaba translúcida. Inmediatamente hice una reverencia.

-Ohayou, Tomoe-sama. Creo que usted no ganó la batalla.

Hotaru sonrió.

-Bueno, es que hace mucho que no peleo y Setsuna estuvo "calentando" contigo...

-Tenías razón en lo que dijiste, S.M. el rey acaba de quemar el rollo.

-Lástima. Ahí va la única prueba de la edad de Setsuna.

-¿Quiere decir que no hay ni una copia ni otra manera de comprobarla?

-¿Acaso crees que me iba a tardar tanto en hacer una copia?

- Bueno, entonces no se preocupe. Resulta que antes de ir con S.M. fui al baño y tomé el papel del sanitario y ése fue el que le di a S.M.

Le mostré el rollo verdadero y Hotaru se rió.

-Con razón cuando fui a ver a la Neo Reina estaba como desesperada buscando el rollo...

Y apenas dijo eso, cuando apareció S.M. Serenity, con el vestido a medio poner y arrebatándome el rollo de las manos.

-Oh, gracias Nachotto. Lo necesito urgentemente...

-Pero su majestad, ese rollo no...

E inmediatamente Artemis vio pasar a la Neo Reina Serenity siendo perseguida por el lustrabotas y lo que parecía ser el fantasma de Sailor Saturno, gritando incoherencias acerca de un papel de baño. Tomando esto como una visión extraña a causa de su ayuno (es que Luna lo había dejado sin cenar al enterarse del nacimiento ciertos gatitos con luna en la frente), entró en la biblioteca.

-Su Majestad...

-Dime, Artemis...

-Su Señoría Sailor Plutón le reclama en la puerta del tiempo. Dice que acaba de descubrir quién es el que se roba las rosas del jardín de S.M.

-Bien, retírate. Al fin sabré quién es ese desgraciado...y juro que pagará cara su osadía.

Y apenas Artemis se retiró, añadió:

-Setsuna...je, je, je...creo que llevaré una cámara....

Fin