Capítulo 2


Antes de salir de la habitación, tomo una mochila que está sobre el piso. Tiene un nombre: Kinomoto Sakura. Debe ser el nombre de la niña de la que ahora formo parte. Me dirijo hacia la puerta, la abro, y me topo con un hombre joven. Tiene el cabello castaño, es alto y usa lentes; está cargando un canasto repleto de ropa.

- Buenos días, mi pequeña Sakura–Dice el hombre, antes de mirar su reloj–Hija, es muy tarde. Dejé tu almuerzo sobre la mesa.

-Ehhh...Sí–Murmuro–Gracias.

Este hombre es el padre de la niña. Me siento realmente incómoda, no tengo idea de lo qué está pasando. Además...¿Dónde estará el alma de la verdadera Sakura? Miro al señor Kinomoto una vez más, me sonríe y después desaparece por el corredor. Alzo los hombros y decido bajar las escaleras. El chico que vi al principio está a punto de salir de la casa, me mira, y dice: 

-Son las 8:10, ya no tendrás tiempo de desayunar. ¿Por qué no te levantas más temprano, monstruo?

-¿Adónde vas?–Le pregunto, tratando de aparentar normalidad.

Pero él no me hace caso y sale sin decir nada. Decido seguirlo. El muchacho se sube a una bicicleta y comienza a alejarse. Lo único que puedo hacer es correr tras él, lo cual lo sorprende y hace detener.

-¿Qué te pasa, monstruo? ¿Vas a ponerte tus patines o piensas correr todo el camino hasta la escuela?- Me pregunta.

-¿Ahhh? Eh...No sé de están....–Murmuro, mientras lo observo fijamente, es un chico bastante alto, de piel morena, ojos y cabello castaño oscuro. ¿Cómo se llamará?

Por primera vez me mira con preocupación, coloca su mano sobre mi frente, y murmura:

-No tienes fiebre...¿Te sientes bien?

De pronto otro chico se acerca a nosotros en una bicicleta, parece alegre, y dice:

-¡Buenos días, Sakura y Touya!

¿Así que se llama Touya? Touya Kinomoto. Es el hermano de Sakura. Pero...¿Quién será el otro muchacho? Lo miro fijamente, su piel es bastante pálida, usa lentes, sus ojos son castaños y...

-¿Sakura, te sientes bien?–Pregunta el recién llegado.

No sé qué responder, pero Touya se apresura a hacerlo:

-Yuki, será mejor que nos vayamos o se hará más tarde.

-Tienes razón–Dice el chico de lentes, mientras sonríe y me ofrece un dulce–Toma, es para ti.

-Gracias–Murmuro mientras lo tomo.

Touya no tiene más remedio que llevarme en su bicicleta hasta la escuela. Se ve un poco pensativo, mientras que Yuki no deja de sonreír...