Capítulo XLIII:
La partida de Heliot
Cuando nuestros héroes preferidos terminan de desayunar, acuerdan ir todos juntos a la playa. Pero antes Ami, Serena y Rei deciden ir a la habitación por sus respectivos trajes de baño; mientras que los hermanos Kou, Unazuky, Andrew, Nicolas y los demás están esperándolas en el lobby. Darien y Saori continúan charlando en el restaurante.
Rei abre la puerta tranquilamente, pero al ver lo que hay en el interior, su rostro se torna completamente pálido. ¿Qué pasa?, pregunta Serena, confundida. Ami hace a un lado a la sailor del fuego y exclama: ¡¡Dios mío, hay que llamar a una ambulancia!! No hace falta decirlo, pues hace unos segundos Rei se lanzó junto al teléfono. Serena se ha quedado inmóvil, junto a la puerta, no puede creer lo que ve, simplemente no puede creerlo...
Justo en este momento aparece Litadecepcionada al no haber encontrado a Heliot ni a Hotaru, ve a Serena llorando afuera de la habitación, y pregunta: ¿Qué sucede? La joven Tsukino trata de limpiarse las lágrimas, y lo único que puede decir es: Mina.... Los ojos de Lita se abren de par en par, y corre al interior del cuarto. La diosa del amor está tendida sobre la cama, inconsciente. Ami la está abrazando por los hombros mientras le cubre el cuello con un pañuelo, está empapado de sangre. Rei acaba de colgar el teléfono. ¡Mina!, exclama Lita, acercándose a ella y tomando sus manos, ¿Qué le pasó? Ami y Rei no saben qué decir, se han quedado sin palabras. Entonces Lita descubre las tijeras manchadas sobre el piso. No puedo creerlo...¿Quiso suicidarse por Heliot?, piensa la joven Kino, con terror. Ami también observa las tijeras, y comenta: Esas tijeras.... ¿Qué con ellas?, pregunta Rei. Ami mira a sus dos amigas, con seriedad, y murmura: No son de ninguna de nosotras y no estaban aquí cuando salimos esta mañana. ¡¿Entonces alguien las puso aquí sabiendo que Mina estaba deprimida?!, exclama Lita, a punto de tomar las tijeras, cuando éstas se esfuman en el aire. Las tres amigas se miran entre sí, con ojos interrogantes.
De pronto dos enfermeros entran a la habitación y se llevan a la diosa del amor en una camilla. Serena, Lita, Rei y Ami los siguen muy de cerca. Por cierto, ellas no se dieron cuenta, pero había alguien más en la habitación: Jedite. ¿Qué está haciendo aquí? El nuevo líder del mal ríe entre dientes y se esfuma, al igual que las tijeras.
Haruka, Michiru, los hermanos Kou y los demás ven cómo Mina es sacada del hotel en una camilla, y se quedan perplejos. Todas sus amigas vienen detrás, así que deciden ir con ellas al hospital Papaya.
Las horas pasan, Mina está en cuidado intensivo. Sus amigos y conocidos están en la sala de espera. Nadie habla. Todos están pensativos y tristes. Hasta que...¿Por qué lo habrá hecho?, pregunta Luna. Yaten murmura: Quizá fue por el tal Heliot... La mayoría asiente, pero Artemis se niega a creerlo, y exclama: ¡Eso no es verdad! ¡Yo conozco a Mina! ¡Sé que ella nunca haría algo como eso! Padre..., piensa la pequeña Diana, con tristeza. Tal vez tengas razón, dice Lita, pensando en las misteriosas tijeras.
Ya es de noche. Mina se mantiene estable. Rini, Hotaru, Heliot y Zafiro acaban de regresar al hotel. En el lobby se topan con Darien y Saori. En cuanto el joven Chiba ve a su futura hija, se aleja de su nueva novia, ante la confusión de ésta. Darien, dice Rini, ¿Dónde están Serena y los demás? El hombre de cabello negro se pone serio, y dice: Están en el hospital. Mina tuvo un accidente. Al escuchar el nombre de su diosa, Heliot pregunta: ¿Qué le pasó? Antes de que Darien pueda contestar, Saori se adelanta: La policía piensa que se trata de un crimen pasional. Esa jovencita intentó suicidarse por problemas amorosos... El sacerdote de Ilusión se ha quedado sin palabras, se siente culpable y completamente triste. Vamos, dice Hotaru. Está bien, dice Rini, después de todo, ya no está molesta con Mina. Las dos parejas salen del hotel, dejando a Darien con Saori. ¿Por qué dijiste eso?, pregunta él. Ella frunce el ceño, y dice: Porque es la verdad. Además...¿Qué relación tienes con esa chica de cabello rosa? Es muy atractiva... Darien se queda callado, ¿cómo explicarle a Saori que esa exuberante muchacha es en realidad su hija? Sería una locura tratar de hacerlo, pero su silencio sólo aviva las sospechas de la celosa Saori.
Cuando Rini y los demás llegan al hospital Papaya, Mina ya está bien, aunque inconsciente. Todos sus amigos están con ella, en su habitación. Heliot y Rini entran. Zafiro y Hotaru se quedaron afuera del hospital. ¡¡¿Qué están haciendo aquí?!!, exclama Lita, histérica, al ver al sacerdote de Ilusión y a la, no tan, pequeña dama, ¡Váyanse de aquí...ahora! La pareja se mira entre sí por un momento y decide irse.
Cuando Rini y Heliot salen del hospital, Zafiro y Hotaru ya se han ido (como siempre). El sacerdote de Ilusión no puede soportarlo ni un minuto más, así que prefiere decir la verdad, aunque sea dolorosa: ¿Sabes, pequeña dama? Sólo regresé contigo para observar la reacción de Mina...No creí que llegara a estos extremos...Pero ahora sé que sí me ama...Aún más que a su propia vida...Perdóname Rini mira al joven con terror, después le da una fuerte bofetada y sale corriendo sin mirar atrás.
Heliot se queda afuera del hospital por algunos minutos, murmurando: Mina, perdóname...Yo no quería que esto pasara...Te amo...Pero no puedo seguir a tu lado...No después de esto...Sé que ellos no lo permitirán...Adiós, mi preciosa venus. Rezaré por ti. Después, Heliot retoma su forma original y vuelve a Ilusión.
¡Espera!, grita alguien, pero ya es demasiado tarde. El sacerdote se ha ido. Esa persona es Lita. Lo escuchó todo...Cómo Heliot rechazó a Rini y confesó amar a Mina...La joven Kino observa cómo los últimos destellos de luz desaparecen en el aire y se deja caer de rodillas sobre el piso. No...Se ha ido...Y fue mi culpa..., piensa Lita, mientras llora, ¿Ahora qué le diré a Mina?
¡Oh, cielos, cielos! ¡¡Cuánta desgracia!! Si quieres saber qué pasará, no te pierdas nuestro próximo capítulo. _-