Capítulo XIX:
El ataque de Jedyte

Mientras que en el santuario Hikawa todos están impresionados por las palabras de Heliot, en el edificio del mal Jedyte ha convocado a todos sus sirvientes a una importante junta. Nadie puede faltar a tan primordial evento. En la entrada del auditorio se encuentra el Trío Amazonas preocupado. "¿Y ahora que querrá ese Jedyte?", pregunta Ojo de Pez un poco asustado. "¡No sé! A lo mejor ya se enteró de que nos escondimos en el laboratorio...", murmura Ojo de Tigre. "Será mejor que entremos, ya ven como se pone el tipo ése cuando alguien llega tarde a sus juntas", dice Ojo de Águila entrando al enorme auditorio. "Sí, tienes razón", dice Ojo de Tigre mientras cruza la puerta acompañado por Ojo de Pez, cuando entran se impresionan, pues todos los seres malignos ya están presentes y elTrío Amazonas es el último en llegar. "Ya viste quiénes acaban de entrar?", le murmura Ziocyte a Malachite, ambos están sentados en tercera fila y miran al Trío Amazonas sentarse en la quinta fila.

Justo ahora está comenzando la junta, Jedyte aparece en el escenario mirando a todos con sarcástica sonrisa. Después camina hacia una elegante mesa y se sienta en la única silla que hay, mira por un momento a sus sirvientes y termina tomando el micrófono para hablar. "El día de hoy los he llamado para tratar asuntos muy importantes que...", dice Jedyte, pero es interrumpido por una molesta voz que proviene de la bella y tonta Mimette. "¡Joven y guapo Jedyte! ¡Perdóneme por llegar tarde, pero tuve que comprar unas cosas antes de venir!", exclama Mimette mientras camina hacia la primera fila despreocupadamente. Jedyte está muy incómodo, ya está harto de la fastidiosa Mimette, y no es el único, pues sus compañeros de trabajo y el pobre Zafiro no la soportan. "Idiota, pronto me desharé de ti", piensa Jedyte mientras mira a la fastidiosa joven sonreír y sentarse frente a él.

"Los he llamado aquí para tratar asuntos muy importantes. Esas Sailor Scouts son un constante peligro para nuestra organización. Ha llegado la hora de que las eliminemos de una vez por todas. Hace unas horas una de mis más eficientes ayudantes, Morgana, me dijo que los dos líderes de las fastidiosas e impertinentes Scouts están vivos y que ahora se encuentran desprotegidos en un hospital de la ciudad. Ustedes se dividirán en dos grupos, un grupo atacará a los líderes y el otro atacará a las demás Sailor Scouts que se encuentran en el santuario Hikawa. Ustedes conocen perfectamente las verdaderas identidades de todas las Sailor Scouts y de Tuxedo Mask; y si fallan...¡Los destruiré a todos! ¡Ustedes no son necesarios para conquistar al mundo!", dice el cruel Jedyte mientras ríe siniestramente, pero es interrumpido nada más y nada menos que por su "querida" Mimette.

"¿Ahora que quieres?", pregunta Jedyte al advertir que Mimette levanta su mano en el aire a modo de pregunta. "Joven y guapo Jedyte, ¿no cree usted que sólo dos de nosotros seríamos necesarios para matar a los dos líderes de las Sailor Scouts? Ellos son indefensos como un par de gatos recién nacidos, sería un desperdicio mandar a la mitad de nosotros contra ellos, mientras que los demás tendrían que luchar contra 12 peligrosas Sailor Scouts...", pregunta Mimette mientras se levanta de su asiento y mira a Jedyte directo a los ojos. El pobre Jedyte está a punto de estallar, pero piensa un poco y se sorprende al ver que Mimette no es tan tonta como él creía. "Esta tonta tiene razón, debería escucharla más segui...", piensa Jedyte antes de ser tomado por el brazo por la bella Mimette.

Todos en el auditorio se sorprenden al ver el notable descaro de Mimette, especialmente la Reina Neherenia, el Gran Sabio y la Reina Beryl. "Si Mimette sigue así, terminará por robarte a Jedyte y todo el poder será suyo. ¡Todo esto es tu culpa Neherenia! ¡Eres una tonta! Esa tal Mimette es mucho más lista que tú, debí haberme aliado con ella", murmura el Gran Sabio desde su oscuro asiento. Ambos están sentados en los últimos asientos del auditorio. "¡Demonios! ¿Cómo crees que voy a coquetearle a ese hombre detestable? ¡No es nada deseable!", murmura Neherenia profundamente molesta. "Esta misma noche lo harás tonta o te arrepentirás por el resto de tu vida. ¡No me importa si Jedyte te gusta o no!", dice el Gran Sabio mientras sus ojos se iluminan siniestramente. Neherenia no dice nada y sólo mira al frente evitando la horrible mirada del Gran Sabio. "Jedyte y yo...", con tan sólo pensarlo, Neherenia se siente humillada. Por otro lado la Reina Beryl está muy preocupada mirando a la detestable Mimette colgada del brazo de Jedyte. "Aún no es tarde, esta noche debo actuar", piensa Beryl mientras se retuerce las manos con duda. "¡Esa Mimette es una descarada! ¡Quiere a todos los hombres para ella sola!", piensa Viluy molesta, compartiendo sus pensamientos con las otras brujas.

"¿Por qué me siento incómodo cada vez que ella está cerca de mí? ¿Por qué?", piensa Jedyte con desesperación mientras trata de zafarse a Mimette. Después de mucho esfuerzo Jedyte logra apartarse de Mimette y pregunta: "¿Qué te pasa, tonta?". Mimette mira de reojo a Jedyte mientras se sonroja y dice: "Dos de nosotros son suficientes para matar a los líderes, y yo quiero ir contigo". Todos los seres malignos escuchan perfectamente la conversación y se quedan pasmados al igual que Jedyte. "¡Es una descarada!", exclama Ojo de Pez. "¡Qué mujer tan fácil!", agrega Ojo de Tigre. "No es interesante", murmura Ojo de Águila con su conocido acento carente de todo interés. "Ése Jedyte es un estúpido", murmura Malachite. "Sí, le tiene miedo a esa tonta. Mira cómo retrocede cuando está cerca de ella", murmura Ziocyte divertida. De pronto el auditorio se convierte en un mar de murmullos, el cual intriga a Jedyte, quien no quiere ni imaginar lo que aquellos idiotas están pensando. "¡Ya cállense! ¡La junta ha terminado!", dice Jedyte un poco intrigado por lo mal que ha comenzado su día. Todos salen del auditorio de diversas maneras, algunos ríen, otros están molestos, otros están impresionados....pero todos piensan lo mismo de Jedyte y Mimette.

"Por favor Jedyte, llévame contigo", dice Mimette con un tono completamente diferente al de las otras veces, por primera vez parece ser seria. Jedyte está dispuesto a negarse y Mimette lo sabe, pero antes de que éste pueda decir algo, ocurre algo curioso. La joven camina hacia él, coloca ambas manos debajo de los dorados cabellos del apuesto Jedyte y dirige sus labios hacia los suyos. Jedyte está completamente petrificado y está a punto de ser besado por su peor pesadilla, una gota de sudor resbala por su rostro y.... "¡Jedyte! ¡No!", dice una voz de mujer desde la oscuridad. Una voz caída del cielo para Jedyte, pues lo salvó de ser besado por la terrible Mimette. Ambos miran a la persona que está en la oscuridad, sus facciones no se distinguen, pues las luces del auditorio han sido apagadas desde hace unos minutos. "¿Quién eres tú? ¿Cómo te atreves a interrumpirnos?", pregunta Mimette con su tono de siempre. "¿Cómo te atreves TÚ a tocar a MÍ Jedyte?", responde la voz desde la oscuridad. "¡Esa voz!", piensa Jedyte completamente aturdido. De pronto las luces se encienden y la identidad de la mujer es revelada. "¿Quién rayos eres tú?", pregunta Mimette molesta. "¡Titiscaya!(o como se escriba)", dice Jedyte impresionado, su suerte no puede ser peor, las dos mujeres más molestas para él han llegado para acosarlo. "Mi querido Jedyte...", dice Titiscaya mientras se acerca a Jedyte, dispuesta a abrazarlo, pero Mimette se interpone en su camino. "¡No te atrevas a tocarlo!", grita ésta. Jedyte sólo retrocede y desaparece, Mimette y Titiscaya se sorprenden. "¡Se fue por tu culpa! ¡Lo asustaste!", grita Mimette mientras sale corriendo del auditorio en busca de Jedyte. "Nunca podrás quitarme a Jedyte...Ya lo verás", murmura Titiscaya mientras sostiene una extraña y brillante joya que cuelga de su cuello.

Cuando Mimette sale del auditorio, se topa con el Trío Amazonas (quienes encendieron la luz para ver mejor el panorama), los tres se hacen los disimulados en cuanto ven a Mimette. "¿No han visto a Jedyte por aquí?", pregunta Mimette desesperada. "Yo no lo he visto, ¿y tú tigrillo?", pregunta Ojo de Águila mientras mira a su rubio compañero. "Yo no, ¿y tú Ojo de Pez?", pregunta Ojo de Tigre mirando al más extraño de los tres, pero Ojo de Pez sólo mira por un momento a Mimette con ojos de rencor y se da la vuelta sin decir nada. "¡Qué carácter!", exclama Ojo de Águila mientras observa como su compañero se aleja. "Sí, últimamente se ha comportado de una manera demasiado extraña", murmura Ojo de Tigre mientras mira a Mimette y camina hacia su habitación acompañado por Ojo de Águila. "¡Tiene que estar por...allá!", dice Mimette dirigiéndose a la cafetería.

Mientras tanto, Ojo de Pez ha entrado a una de las numerosas habitaciones, en la cual se encuentran las tres brujas: Tellu, Viluy y Ciprin. Las tres están sentadas en un enorme sillón y miran su telenovela favorita. "¡Hola Ojo de Pez! ¿Qué te ocurre?", pregunta Tellu mientras prepara café. "¡Vamos! ¡No te quedes ahí! ¡Siéntate con nosotras!", dicen Viluy y Ciprin señalando un lugar vacío junto a ellas. Ojo de Pez obedece y se sienta junto a las tres brujas. "Mimette...besó a...Jedyte...", murmura Ojo de Pez antes de quedarse completamente callado. Las tres brujas se quedan perplejas, Viluy y Ciprin palidecen por un momento y Tellu tira el café. "¡¡¡QUEEEE!!! ¡¡MIMETTE BESÓ A JEDYTE!!", gritan las tres brujas antes de desmayarse. Ojo de Pez las mira y después salé de la habitación para dirigirse junto a sus amigos. "No fue tan divertido...", piensa Ojo de Pez mientras una melancólica sonrisa se forma en sus labios.

"¿Escuchaste eso Neherenia?", pregunta el Gran Sabio momentos después de escuchar el grito de las brujas. "Sí...", responde ésta mientras se mira en un enorme espejo. "Tenemos que actuar rápido, estoy seguro de que la tal Mimette quiere apoderarse de todo y destruirnos", dice el Gran Sabio mientras observa su esfera de cristal. "No te preocupes, la encerraré en este espejo...", dice Neherenia mientras ríe cruelmente. "Así me gusta Neherenia. ¡Nadie podrá derrotarnos!", exclama el Gran Sabio mientras une su risa con la de Neherenia.

"¡Demonios! ¡Me duele la cabeza!", piensa Jedyte en el interior de su oscura habitación mientras se acuesta en la cama. "Titiscaya y Mimette...Debería matarlas ahora mismo, pero lo haré después...", piensa Jedyte mientras mira fijamente el techo de su habitación.

Así es, Jedyte tiene un ataque de migraña, Titiscaya regresó con un extraño objeto en su poder, Mimette ya puso los ojos en su nueva víctima, Zafiro está a salvo, Sammy está solo en casa, Serena y Darien siguen en el hospital y las Sailor Scouts están en peligro. ¿Qué pasará? No lo sé^_^